Los
escritos del Corpus Hipocraticum difieren entre si por su cronología,
por la escuela a la que pertenecen, por la orientación de sus ideas fisiológicas
(humoralismo o reumatismo), por la materia sobre la que versan. En esta
monografía vamos a destacar solamente la parte que corresponde a la cronología y
las escuelas, ya que son los rasgos más significativos en relación a la
posibilidad de que fueran escritos por Hipócrates.
Diversidad
cronológica Es opinión casi unánime que entre el escrito más antiguo
del Corpus Hipocraticum (Sobre las hebdómadas, tal vez) y los más
modernos (Preceptos, Sobre el médico) media un lapso de tiempo no inferior a los
cuatro o cinco siglos. Tan amplia dispersión cronológica, evidentemente, tiene
sus consecuencias en las ideas que en ellos se expone.
- Periodo
arcaicodel C.H. está representado por el tratadito Sobre las
hebdómadas. Contra la excesiva antigüedad que le atribuye Rosher, ha
prevalecido el criterio más moderado de Ilberg y Kranz: mediados del siglo V.
pero tanto el contenido de ese escrito – rigidez mental acerca de la importancia
del número siete, carácter tosco y figurativo de la configuración microcósmica
del hombre – como su estilo expositivo y literario, revelan a la clara una
condición que P. Laín Entralgo denomina “arcaica”. El autor de Sobre las
hebdómadas es el más antiguo de la colección hipocrática.
- Periodo
fundacional del C.H. Son escritos pertenecientes a las
escuelas de Cos y de Cnido. Entre los que se encuentran Sobre aires, aguas y
lugares, Sobre la dieta en las enfermedades agudas, los tres
grandes tratados quirúrgicos (Heridas de la cabeza, Fracturas,
Articulaciones), buena parte de los Aforismos, el
Pronóstico y los libros I y III de las Epidemias. Por el lado
Cnido, Afecciones internas, Enfermedades II y – algo más reciente –
Enfermedades de la mujer, Generación, Naturaleza del niño, Enfermedades I
y Naturaleza de la mujer. Y sin seguridad en la atribución a una u
otra escuela, Sobre la enfermedad sagrada.
- Los
escritos del siglo IV: Naturaleza del hombre,
Medicina antigua, Sobre el arte, Lugares en el hombre, Sobre la dieta, tal
vez Sobre las carnes y Sobre las ventosidades.
- Escritos ulteriores al
siglo IV: Sobre el corazón, Sobre el alimento, Sobre el
médico, Sobre la decencia, los Preceptos (estos tres últimos quizás fueron
compuestos en el s. I d.C. – Fleicher-), el libro VII de las Epidemias
ha sido datado por Herzog en el s. III. En todos ellos se aprecia una notable
influencia aristotélica, estoica o epicúrea.
- El
Juramento hipocrático, es un texto tardío incorporado al C.H. (por tanto no pudo
ser escrito por Hipócrates), y de posible influencia pitagórica
(Edelstein)
Diversidad de escuelas (1)
En el C.H. se encuentran mezclados textos de las dos escuelas
clásicas griegas: Cos y Cnido. La escuela de Cnido – ciudad costera en una
pequeña península de la actual Asia Menor – fue, con toda probabilidad, más
antigua que la de Cos. De ella paso a crotona el asclepiade Califonte, padre de
Demócedes, a ella pertenecieron poco más tarde Eurifonte, Heródico de Cnido y
Ctesias, coetáneo de Hipócrates de Cos.
1º Obras del Corpus
Hipocraticum pertenecientes a la escuela de Cnido (2) . Están
desde los que admiten un gran número de obras (Ilberg admite hasta doce) hasta
los que admiten pocas (este es el caso de Edelstein que solo admite tres, o el
caso de Bourgey que solo admite dos). Otros autores admiten hasta cinco (como es
el caso de Lonie). Y otros discrepan sobre la atribución de los escritos a una u
otra escuela como es el caso de Sobre el régimen en enfermedades
agudas, donde unos autores lo atribuyen a la escuela de Cos y otros a la de
Cnido.
Escritos: Sobre las
hebdómadas (Ilberg, Sudhoff), Enfermedades I, II y III, Afecciones internas y
Afecciones (mitad del siglo V), Sobre la generación, Sobre la naturaleza del
niño y Enfermedad V (posteriores al s. V); y los tratados ginecológicos:
Naturaleza de la mujer, Enfermedades de la mujer I – II, Mujeres estériles,
Sobre las vírgenes, La superfetación y la escisión del feto, aún cuando sea
probable que el contenido de esta serie dedicadas a la salud de la mujer haya
componentes doctrinales o prácticos de origen extracnidio, coicos y acaso
egipcios (Ilberg).
En la escuela de Cnido,
el pensamiento acerca de la influencia de la alimentación en la alteración de la
salud parte de Eurifonte (acción perturbadora de los residuos de la
alimentación), y sigue con Heródico (idea de que esos residuos engendran dos
líquidos, uno ácido y otro amargo, que con su diversa localización causan las
más variadas dolencias. Con respecto a estas ideas, sobre todo la dem Eurifonte,
autores como Steuer y Saunders, se ha sugerido la existencia de cierto
parentesco con la higiologia del antiguo Egipto (3).
2º Obras del Corpus
Hipocraticum pertenecientes a la escuela de Cos. Según opinión
prevalente entre los filólogos, el cuerpo de los escritos de Cos se encuentra
constituido por Aires, aguas y lugares, la Dieta en las
enfermedades agudas, Epidemias, Pronóstico, Naturaleza del hombre,
los Aforismos, Predicciones I, Prenociones de Cos y
Humores, además de los escritos quirúrgicos ( Fracturas,
Articulaciones, Heridas de la cabeza, Oficina del médico, Palanca ). Otros
autores le atribuyen Sobre la enfermedad sagrada, Feto de ocho
meses.
Con respecto a los
tratados ginecológicos de la escuela de Cos han sufrido el influjo de Cnido (si
no proceden todos de Cnido).
De todas formas, en el
III Coloquio sobre medicina hipocrática (Paris, 1978) se llegó a la conclusión
de que esa tajante división en dos escuelas no corresponde a hechos reales. Cada
escuela ha influido sobre tanto sobre la contraria, que pretender hallar
principios opuestos carece de fundamento. Hay tendencias generales, pero no
criterios estrictos. Hubo pues trasiego de doctrinas, resultado del trasiego de
estudiantes.
3º Junto a los escritos
de Cnido y de Cos, según Laín Entralgo, existe en el C. H. una
serie de escritos que no pueden ser atribuidos con certidumbre a una u otra de
las dos escuelas clásicas. Entre los más importantes se encuentran: Sobre la
medicina antigua, Sobre la enfermedad sagrada, Sobre el arte, Sobre los lugares
en el hombre, Sobre la dieta, Sobre las ventosidades y Sobre las
carnes. Es posible que algunos de sus autores, que no fue en ningún caso
Hipócrates, se formasen en Cnido o en Cos; pero si así fuera, adquisiciones
posteriores de su pensamiento y de su práctica les llevaron a posiciones
personales, netamente independientes de la que en las escuelas matrices habían
aprendidos.
4º A los tres grupos de
escritos hasta ahora considerados habría que añadir, para tener
una visión completa de la diversidad de escritos del C: H. originados en las
distintas escuelas, la influencia dispersa, pero notable, del pensamiento
higiológico itálico y siciliano (Alcmeón de crotona, Filistión de
Locros…)
Otra forma de estudiar
el C.H. es intentar un estudio de conjunto y encontrar las relaciones
estrucutrales entre ello. Bourgey intentó, en un estudio de conjunto sobre el C.
H., descubrir tres tipos de opúsculos:
1.-
Textos de una clara tendencia iatrosofística. Estos textos
tratan de discursos pronunciados ante un pequeño auditorio de no iniciados y en
la que el autor defiende brillantemente una tesis higiológica, pero sin
conocimientos técnicos profundos. Sus autores no son iatron (sanadores)
profesionales; son sofistas con un cariz iatrofilosófico (filosofía de la salud)
que, con mayor o menor éxito, aciertan a arrancar el aplauso de su público
defendiendo un punto de vista más o menos brillante. Como ejemplo, están los
opúsculos Sobre las ventosidades (Pery Physón), cuyo
argumento, según Janes, es demostrar, de acuerdo con los postulados de la
filosofía de Diógenes de Apolonia, que el aíre, principio básico del que están
constituidos todos los seres es, asi mismo, la causa de todos los problemas de
salud. Se desconoce el autor del opúsculo, aunque emplea con mucha frecuencia
metáforas y similes no muy alejados de los que Platón atribuye al sofista
Hipias, lo cual parece indicar que el autor ha salido de este circulo sofista. Y
Sobre el arte (Peri Tekhné), el autor trata de demostrar que
la techne iatren existe realmente ya como un método propio; su autor
no parece ser un profesional de la tekne iatrike y su estilo también
está emparentado con el círculo de Hipias.
2.- Opúsculos que
son, sin ningún genero de dudas razonables, simples notas tomadas por
el iatron en el curso de su actuación. Epidemias, Sobre el
corazón y Sobre los humores.
3.- Opúsculos de carácter
oracular, que puede ser debido al deseo de conservar el secreto de su
contenido. A veces, es debido a que se imita el estilo de algún filósofo oscuro,
como ocurre en el tratado Sobre la nutrición, cuyo capitulo IX recuerda
el fragmento 10 de Heráclito. O en los Aforismos. 4.-
Opúsculos que están más estructurados y presentan ensayos, con
auténticos estudios epistemológicos dirigidos a los mismos iatron, Son
los tratados del tipo del Pronóstico, Dieta en las enfermedades agudas,
Fracturas, Articulaciones, Heridas en la cabeza, Enfermedad sagrada, Naturaleza
del hombre, Aires, aguas y lugares…
Aunque se podría
realizar una subdivisión, de una parte, los tratados polémicos en los que el
autor polemiza con determinadas posiciones o a determinados autores, o ciertas
tendencias de escuelas cuyas ideas no comparte. En estos casos el yo del autor
esta siempre en un primer plano. Algunos autores, como E. Littré, han atribuido
esos opúsculos al Maestro, calificándolo de polemista, pero tal postura no se
sostiene ya que dentro de esta categoría caen tratados que, desde el punto de
vista doctrinal, son enfrentados. Por ejemplo, Sobre la medicina
antigua difícilmente puede armonizarse con Naturaleza del hombre.
En el opúsculo de titulo Sobre la enfermedad sagrada (los títulos del
C. H. no proceden de sus autores). Su autor – se ha enunciado la hipótesis de
que sea una obra de juventud de Hipócrates – se enfrenta con los iatron
charlatanes, con los curanderos que pretendían sanar con salmodias, oraciones y
determinados ritos.
Otros opúsculos que
entrarían en esta subdivisión serían Sobre la naturaleza del niño y
Enfermedades IV, que muy probablemente pertenezcan al mismo autor y
posiblemente formaron una obra única, el verbo “yo afirmo” es
constante.
Sobre el
régimen, reivindicada para el propio Hipócrates por W. Smith, y en
Régimen sobre las enfermedades agudas se encuentra una actitud
parecida.
5.- De otra parte hay una
serie de opúsculos de una innegable orientación profesional y que
adoptan un tono mucho más académico. Como por ejemplo, Pronósticos (algunos
críticos se lo atribuyen a Hipócrates); Aires, aguas y lugares, hay en esta obra
una combinación de observación e intenciones etiológicas, hasta el punto de que
Diller cree que se trata de dos opúsculos, de autores distintos, unidos por el
azar de la tradición manuscrita. Su autor traza la etiología de los problemas de
salud y constituciones humanas siguiendo el influjo que el medio ambiente ejerce
sobre ellos.
A este mismo grupo
pertenecen tratados como Sobre las fracturas y Sobre las
articulaciones y, en general, aquellos cuyo objetivo es la descripción
detallada y objetiva de ciertos procesos morbosos, o bien los que se proponen
ofrecer a sus colegas los resultados de sus propias observaciones.
6.- Carácter de
complicación. Algunos opúsculos no son sino piezas separadas
originariamente que se han agrupado por una razón u otra, aunque puede darse,
también, el caso inverso. El hecho ha dado lugar a no pocas controversias, por
ejemplo el tratado Sobre Aires, aguas y lugares; unos autores lo han considerado
una composición única (Pholenz), otros (Edelstein y Diller) han insistido en que
se trata de una simple compilación. Edelstein quería separar de la obra los
capítulos relativos a las aguas, en tanto que Diller sostuvo que dicho tratado
era el resultado de la unión de dos obras de autores distintos, uno de ellos,
autor de la primera parte, interesado en informar al periodeuta (4)
de sus propias experiencias, mientras que el autor de una segunda seria un
científico interesado por la etiología de la salud.
El tratado Sobre la
naturaleza del hombre interrogantes parecidas. En realidad podría dividirse
en dos escritos independientes: uno, que comprende desde el comienzo al capitulo
XV, suele considerarse un escrito independiente al que se la ha opuesto el
titulo que lleva el tratado. Sigue otra parte, que algunos editores suelen
separar para ponerle el titulo de Sobre el régimen saludable, que se ocupa de
temas diversos de dietética. Lo curiosos es que contiene, al final, dos
capitules que conforman el comienzo de sendos tratados de C.H. y que se han
trasmitido separadamente: el capitulo VIII no es sino una repetición del
comienzo del libro Sobre las enfermedades, y el IX reproduce el comienzo del
opúsculo Sobre las afecciones.
Veamos ahora un caso
contrario. En el interior del C: H. la tradición manuscrita nos ha legado tres
tratados que llevan, respectivamente, los siguientes títulos: Sobre la
generación, Sobre la naturaleza del niño y Enfermedades IV. El que
la tradición nos lo haya legado como opúsculos independientes entre sí, sin
embargo, no ha sido obstáculo para que E. Littré los editara como si fuera una
sola obra, y que le hayan seguido los demás editores. Argumentos de tipo
estilístico e interno aconsejan no separarlos ya que son del mismo
autor.
El libro Sobre el
régimen, uno de los más largos y elaborados ofrece un caso inverso. Se
trata de cuatro libros en los que, a pesar de que los editores han querido, a
veces, encontrar una coherencia interna, tanto de ideas como de estilo (por ej.
Joyle), la mayoría de los estudiosos del tema ven que se trata de una innegable
compilación: el libro I está marcada por una no velada tendencia especulativa, y
se propone establecer una intima relación entre sanación y filosofía. El libro
II, por el contrario, contiene marcadas analogías con el tratado Sobre la
medicina antigua, y en el que su autor insiste en el valor polivalente de los
alimentos (este libro lo atribuye Galeno a Hipócrates, tesis difícil de
sostener, pues hoy en día parece resuelto que este último tratado está en
contradicción con Sobre naturaleza del hombre, típicamente
hipocrático). El libro tercero muestra notables coincidencias con la escuela de
Cnido. Finalmente el libro IV es un tratado sobre el significado de los sueños
en relación con el estado de salud o de su pérdida.
Notas
(1) También existieron escuelas
en Cirene, Crotona, en Rodas, en Elea
(2)
La
de Cnido era probablemente más antigua y sus asclepíadas estuvieron
tempranamente en contacto con los círculos pitagóricos, así como con las
culturas persa y egipcia.
La
primera figura cnidia conocida es Califonte, padre del Demócedes antes nombrado,
que a mediados del siglo VI a.C. pasó de Cnido a Crotona; posteriores son
Eurifonte, probable autor o coautor de las Sentencias cnidias, y
Ctesias, coetáneo de Hipócrates.
La
relación de la escuela de Cnido con las culturas persa y egipcia se refleja
tanto en el terreno de los textos como en el de las ideas. En 1923, A. Gotze
demostró, en un trabajo titulado Sabiduría persa bajo indumento griego,
que el pasaje de Sobre las hebdómadas relativo a la
correspondencia entre el microcosmos y el macrocosmos es una traducción casi
literal de un parágrafo del Gran Bundahishn, tratado persa sobre el origen del
mundo. Desde el principio del presente siglo se sabía que un fragmento extenso
de Sobre las mujeres estériles coincide palabra por palabra con otros
de los papiros médicos egipcios Kahun ginecológico y Carlsberg
VIII. Todavía más interesante es la presencia en los tratados Sobre las
enfermedades y Sobre las afecciones internas del concepto egipcio
de whdw, conforme el cual las heces retenidas en el tramo final del
intestino provocan una putrefacción que pasa a la sangre, produciendo fiebre y
elevando la frecuencia del pulso.
(3)
El
concepto de salud en la higiología egipcia tiene como principio etiológico
“whdw”, consistente en la putrefacción que se forma en el bajo vientre y se
transmite por los vasos sanguíneos a todo el cuerpo. Esta teoría de los residuos
paso a la escuela de Cnido bajo el concepto de perisomata. (que se podría
traducir perfectamente por “toxemia”)
(4)
Periodeuta o periodental eran el
nombre que recibían los sanadores griegos entre el s. VI y V a.C. que se habían
formado en algunas de las escuelas clásicas y ejercían su actividad de una forma
itinerante en una polis o en varias. |