La Cuestión Hipocrática en la Historia de la Naturopatía. El estado de la cuestión (IV)- Introducción (I)
La figura más sobresaliente, el gran maestro de la escuela de Cos es Hipócrates, el enigma más importante que se plantea al estudiar su figura es la llamada cuestión hipocrática: saber si detrás de su nombre hay o no algún escrito en el denominado Corpus Hipocraticum, es decir, si Hipócrates es solo un nombre que no está respaldado por ningún escrito o es la figura histórica que subyace a los escritos denominados hipocráticos.
Comencemos por los llamados testimonios. De un lado tenemos un pasaje del Fedro de Platón (270 b-d) en el que, al plantear Sócrates la posibilidad de crear una retórica científica, refiere al método de Hipócrates, de acuerdo con el cual, para conocer la tekne iatren es preciso tener un conocimiento del todo (to holon). En este caso del método ¿se está refiriendo al cuerpo en su conjunto? o ¿se refiere al universo y las cosas que inciden sobre el estado de salud?.
Platón compara su importancia como "héroe curador" con la de Policleto y Fidias como escultores (Protag. 311 bc); Aristóteles lo llama "el más grande" (Polit. 1326 a 15); Apolonio de Citio y Galeno (K. IV, 789), "el divino". "Inventor de todo bien" le proclama galeno en otro lugar (K. XVI, 273), en el mismo tono hablan de él Rufo, Celso, Alejandro de Tralles y tanto más". No es de extrañar, pues, que a partir de Sorano, su primer biógrafo, se le hayan atribuido y cualidades (comenzando por su estirpe, que por el lado paterno – Heraclides – llegaría hasta el mismo Asclepio, y por el materno – Praxitea o Fenareete – hasta el propio Hércules.
Alcmeón de Crotona fue el iniciador de la tekne iatrike y a Hipócrates se le atribuye su fundación, o por lo menos la figura suprema y el representante arquetípico del grupo o la generación de sus fundadores (de otro modo no podría entenderse juiciosamente las referencias de Platón y Aristóteles a su persona o su doctrina, a no ser que hayan sido interpolaciones realizadas posteriormente). No es un hecho aislado que a lo largo de los siglos le hayan sido atribuidos de buena fé muchos escritos de que él no es autor, ni que los alejandrinos comenzasen a denominar "hipocráticos" a los anónimos y dispares manuscritos del arte de curar reunidos en los anaqueles de su célebre biblioteca. Como en el caso de Homero, la fama extendió hasta la desmesura los limites reales de la persona, y esta es la razón por la que el término "hipocratismo" ha tenido un significado tan fluctuante y diverso desde la antigüedad misma (como ejemplo citemos la obra de Paul Carton y el propio Libro Blanco de la Naturopatía (1981).
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